Algo nuevo
En ocasiones lo nuevo causa miedo, incertidumbre y otros sentimientos que provocan alguna sensación parecida a las mariposas en el estómago, solo que estás sensaciones no se disfrutan así. De alguna manera me doy cuenta que no son esos seres que revolotean en la primavera. Pero la emoción está ahí.
Cuando leo cómo ha de ser la integración a la vida universitaria sin duda hay mucho dentro de mí que se mueve. En educación recuerdo que se hablaba de algunos paradigmas en la educación algunos tan mal vistos como el “tradicionalismo” u otros más aclamados que son santos del altar como el “constructivismo”. A pesar de su novedad en todos ellos hay algunas constantes como la presencia del docente, incluso el aula, que si bien ya se toca el aula abierta, pero sigue estando dentro de cuatro paredes; y el que no falta: un horario. Claro luego tras una larga formación donde se fortalece este modelo tu mente se alborota cuando se dice aula virtual, tu horario, sin maestro, autogestión del aprendizaje.
Ahora bien, ser un estudiante en una universidad virtual, es sin duda el mayor reto, romper mi esquema “tradicional” entenderme como un alumno que debe estudiar con un docente que en verdad solo orienta y coordina, donde no tengo que levantar la mano para participar más bien solo escribirla en el foro y sin duda la maestra la responderá, que decir algo que me deja fascinado no hay timbre, no hay una hora de entrada, casi comienzo a extrañar esos minutos de recreo... ahora los veo innecesarios.
A partir de hoy ya no puedo decir “no me dio tiempo” pues es mi tiempo y no hay pretexto, soy responsable de lo que aprendo, construyo en verdad mi aprendizaje, soy mi mayor motivación para corregir mi error, y con esto debo entender que estoy ahora en el mar de información y debo aprender a ser un buen navegante, dejar de ser un estudiante solo receptivo, ser crítico, investigador, aprender a socializar en la red de una manera inteligente. Tomar en cuenta que ahora mi voz se escribe.
TIC y era digital, son mi lápiz y cuaderno. Hoy soy un estudiante en línea.
En ocasiones lo nuevo causa miedo, incertidumbre y otros sentimientos que provocan alguna sensación parecida a las mariposas en el estómago, solo que estás sensaciones no se disfrutan así. De alguna manera me doy cuenta que no son esos seres que revolotean en la primavera. Pero la emoción está ahí.
Cuando leo cómo ha de ser la integración a la vida universitaria sin duda hay mucho dentro de mí que se mueve. En educación recuerdo que se hablaba de algunos paradigmas en la educación algunos tan mal vistos como el “tradicionalismo” u otros más aclamados que son santos del altar como el “constructivismo”. A pesar de su novedad en todos ellos hay algunas constantes como la presencia del docente, incluso el aula, que si bien ya se toca el aula abierta, pero sigue estando dentro de cuatro paredes; y el que no falta: un horario. Claro luego tras una larga formación donde se fortalece este modelo tu mente se alborota cuando se dice aula virtual, tu horario, sin maestro, autogestión del aprendizaje.
Ahora bien, ser un estudiante en una universidad virtual, es sin duda el mayor reto, romper mi esquema “tradicional” entenderme como un alumno que debe estudiar con un docente que en verdad solo orienta y coordina, donde no tengo que levantar la mano para participar más bien solo escribirla en el foro y sin duda la maestra la responderá, que decir algo que me deja fascinado no hay timbre, no hay una hora de entrada, casi comienzo a extrañar esos minutos de recreo... ahora los veo innecesarios.
A partir de hoy ya no puedo decir “no me dio tiempo” pues es mi tiempo y no hay pretexto, soy responsable de lo que aprendo, construyo en verdad mi aprendizaje, soy mi mayor motivación para corregir mi error, y con esto debo entender que estoy ahora en el mar de información y debo aprender a ser un buen navegante, dejar de ser un estudiante solo receptivo, ser crítico, investigador, aprender a socializar en la red de una manera inteligente. Tomar en cuenta que ahora mi voz se escribe.
TIC y era digital, son mi lápiz y cuaderno. Hoy soy un estudiante en línea.
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